Durante años, las personas que sufrían un infarto en Hidalgo enfrentaban algo más que una emergencia médica: una carrera contrarreloj marcada por la incertidumbre y los traslados forzosos. Muchos tenían que viajar hasta la Ciudad de México para recibir atención especializada, porque aquí simplemente no había la infraestructura adecuada. Eso costaba tiempo, dinero… y, en muchos casos, vidas.
Ahora, con el impulso del gobierno de Julio Menchaca, eso cambió. Ya está en marcha la Sala de Hemodinamia, un espacio equipado con tecnología de alta especialidad donde se atienden emergencias cardiovasculares de manera inmediata, sobre todo para quienes no cuentan con seguridad social. Esta acción forma parte del compromiso de hacer de Hidalgo un estado de oportunidades.

La diferencia entre vivir un infarto y sobrevivirlo
El cambio es contundente: ya no hay que esperar largas horas para un diagnóstico, ni depender de la disponibilidad de hospitales en otros estados. Las y los pacientes reciben atención médica avanzada en su propio territorio, lo que mejora significativamente sus posibilidades de recuperación y reduce los riesgos de complicaciones graves.
Salud pública al servicio de quienes más lo necesitan en Hidalgo
La principal ganancia está en la vida misma. Las familias hidalguenses ya no tienen que cargar con el miedo ni con el gasto de buscar ayuda lejos de casa. Esta nueva sala representa alivio para cientos de personas que viven con enfermedades cardiovasculares o con alto riesgo de sufrir un infarto.
Este avance no es aislado. Se sostiene con una política de salud pública enfocada en la prevención, el diagnóstico oportuno y la atención digna. Hidalgo está mejorando porque hoy el sistema de salud actúa pensando en las y los ciudadanos, y no al revés.
Hidalgo, un estado que pone el corazón donde más se necesita.
