El estado de Hidalgo consiguió una de las expansiones más importantes en materia de seguridad pública con la duplicación de su sistema de videovigilancia. De contar con 2 mil 40 cámaras activas, ahora opera con 5 mil 268 dispositivos conectados al Centro de Control, Comando, Comunicaciones, Cómputo y Coordinación (C5).
Además, se instalaron mil 375 postes de videovigilancia, distribuidos en 21 municipios del estado, lo que permite una cobertura más amplia y focalizada.
Esta infraestructura forma parte del Código H, un modelo de operación basado en inteligencia tecnológica que permite monitoreo en tiempo real, análisis de datos y coordinación inmediata con cuerpos de seguridad. Gracias a esta integración, el estado logró mejorar su capacidad de respuesta ante emergencias, así como fortalecer la prevención de delitos en zonas críticas.

Zonas urbanas, espacios públicos y sectores clave, entre los principales beneficiados
La estrategia de expansión prioriza áreas con alta densidad poblacional, tránsito constante y concentración de actividades económicas. Escuelas, corredores comerciales, centros de transporte, parques y avenidas principales se encuentran ahora bajo vigilancia constante. Esta medida busca proteger a sectores especialmente expuestos al espacio público: estudiantes, comerciantes, transportistas y familias.
La tecnología también representa una herramienta crucial para los operativos de seguridad, al permitir la detección oportuna de incidentes y la generación de alertas inmediatas. Esto no solo facilita el trabajo de las autoridades, sino que incrementa la confianza de la ciudadanía en su entorno.
Seguridad como base del desarrollo
Además de sus beneficios directos en materia de seguridad, esta infraestructura envía un mensaje claro al sector empresarial: Hidalgo apuesta por entornos más seguros para atraer inversión y fomentar el desarrollo económico. La vigilancia tecnológica protege y ofrece condiciones más estables para el crecimiento de negocios y la calidad de vida de las familias.