Durante años, las familias hidalguenses con mascotas o animales de trabajo enfrentaron una realidad complicada. No podían costear las visitas al veterinario ni acceder a vacunas o esterilizaciones. En muchas comunidades rurales, cuidar a un perro o a un gato significaba improvisar, dejar pasar enfermedades o, en el peor de los casos, dejarlos a su suerte.
Esa situación empezó a cambiar con la estrategia de salud animal que lleva a cabo el gobierno de Hidalgo, bajo la visión del gobernador Julio Menchaca. Con jornadas gratuitas en centros comunitarios, brigadas móviles y campañas permanentes, se aplicaron más de 1.5 millones de vacunas antirrábicas y se realizaron más de 92 mil esterilizaciones en todo el estado.

Atención veterinaria: Una política que mejora la convivencia y previene enfermedades en Hidalgo
Hoy, muchas comunidades ya no enfrentan el problema de animales callejeros sin control ni el riesgo de enfermedades como la rabia. El acceso a estos servicios ha mejorado la convivencia en colonias y pueblos, y ha traído un alivio directo a quienes antes tenían que elegir entre cuidar a su mascota o cubrir otros gastos urgentes.
Quienes más ganan con este programa son las familias en situación vulnerable, especialmente en zonas rurales, donde los animales de compañía también cumplen funciones de trabajo, resguardo o asistencia emocional. También se ha fortalecido el trabajo de organizaciones de protección animal, que ahora cuentan con el respaldo de una política pública constante.
Este esfuerzo se sostiene con una red organizada entre el sector salud, veterinarios, personal capacitado y el compromiso del gobierno estatal de mantener el enfoque preventivo en salud pública. La atención veterinaria ya no es un lujo para unos pocos, sino una acción concreta para construir un Hidalgo que está mejorando.