La saturación vehicular y el estrés al volante pueden tener consecuencias fatales. En Pachuca, una discusión de tránsito en la glorieta 24 horas del Puente Atirantado terminó en tragedia: un conductor murió apuñalado y un taxista quedó detenido como presunto agresor. Este caso expone la peligrosa combinación entre congestión vial y violencia urbana.
Según testigos, la riña en la glorieta 24 horas comenzó cuando un automovilista cerró el paso a otro, escalando a gritos y agresiones físicas. Al bajar de sus vehículos, el taxista, identificado con el número A-Z49 FUU, sacó un arma blanca y perforó la espalda de su rival, causándole una herida mortal. El presunto agresor sufrió una lesión grave en la mano y fue hospitalizado bajo custodia.
Las autoridades acordonaron la zona mientras la PGJEH inició la investigación. Vecinos señalaron que el tráfico en el puente—una obra de 500 millones de pesos—es caótico y ha provocado choques previos. Pese a promocionarse como solución vial, el Atirantado agravó los congestionamientos y los riesgos para peatones.
Este incidente refleja un problema mayor: la infraestructura mal planeada y la falta de control en zonas conflictivas.
¿Por qué el Puente Atirantado no resolvió el tráfico en Pachuca?
El Puente Atirantado, inaugurado en la administración de Omar Fayad, prometía descongestionar la ciudad. Sin embargo, su diseño y ubicación generaron nuevos cuellos de botella. Expertos señalan que:
- Falta de estudios integrales: La obra no consideró el flujo vehicular real.
- Inversión desproporcionada: Costó 100 millones más de lo presupuestado.
- Peatones vulnerables: El diseño priorizó autos, aumentando accidentes.
El gobierno actual admitió que solucionar estos fallos requeriría otro gasto millonario. Aunque destinaron 50 millones para ajustes, vecinos dudan que sea suficiente. Mientras, incidentes como esta riña revelan que el problema va más allá del asfalto.
