La organización Biofutura ha lanzado una alerta urgente: las tuzas, animales que dan identidad a Pachuca (conocida como “La Bella Airosa” por los túneles que estos roedores crean), están al borde de la desaparición en la ciudad. Jonatan Job Morales García, presidente de la asociación, advierte que esta podría ser la última generación de tuzas en la capital hidalguense si no se actúa inmediatamente.
La propuesta concreta busca establecer dos áreas naturales protegidas: una específica para conservar a las tuzas y otra más amplia para proteger a otras especies como zorras, cacomixtles, gatos monteses e incluso pumas que han sido avistados en zonas cercanas. Morales García destaca que estas reservas no solo salvarían fauna local, sino que ayudarían a mitigar efectos del cambio climático como inundaciones, cada vez más frecuentes en la región.
El marco legal existe: la Ley para la Protección al Ambiente de Hidalgo faculta a los ayuntamientos a crear estas reservas con participación ciudadana. Sin embargo, el proceso requiere estudios técnicos y consultas públicas coordinadas con la Semarnath. Biofutura insta al gobierno municipal a actuar rápido antes de que sea demasiado tarde para estos ecosistemas urbanos.
“Estamos ante una ventana de oportunidad única”, enfatizó el activista. La organización plantea que proteger estas áreas sería un legado ambiental para futuras generaciones y un ejemplo de desarrollo urbano sostenible, donde naturaleza y ciudad puedan coexistir armónicamente.
¿Por qué son vitales las tuzas para Pachuca?
- Control natural: Sus túneles ayudan a airear la tierra y distribuir nutrientes
- Prevención de inundaciones: Sus madrigueras funcionan como drenajes naturales
- Patrimonio cultural: Son parte de la identidad de Pachuca desde tiempos coloniales
Biofutura propone un plan de acción que incluye:
- Educación ambiental sobre la importancia de estas especies
- Corredores ecológicos que conecten áreas verdes urbanas
- Programas de monitoreo científico con participación ciudadana
Mientras las autoridades evalúan la propuesta, el reloj sigue corriendo para las tuzas de Pachuca. Su supervivencia podría ser el termómetro que mida el compromiso real de la ciudad con su patrimonio natural.
