El Club Pachuca vivió en 2025 uno de sus semestres más atípicos y cuestionados en los últimos años. Más allá de los resultados deportivos, uno de los puntos más negativos del ciclo de Jaime Lozano fue la ruptura de una tradición histórica: por primera vez en 16 años, Pachuca terminó un torneo sin debutar a un solo jugador de fuerzas básicas.
La decisión marcó un quiebre profundo en la identidad del club, reconocido a nivel nacional e internacional por el desarrollo de talento joven y la fortaleza de su cantera tuza.
Jaime Lozano, el primer técnico en cerrar la puerta a la cantera desde 2009
El dato es contundente. Jaime Lozano se convirtió en el primer entrenador de Pachuca desde 2009 que no otorgó minutos de debut a ningún juvenil surgido de fuerzas básicas. Incluso en torneos complicados o de transición, el club siempre había mantenido viva la apuesta por el talento joven.
Durante su gestión, la cantera de Pachuca quedó relegada a convocatorias esporádicas, sin continuidad ni verdadera confianza dentro del proyecto deportivo.
La cantera tuza pasó de ser protagonista a recurso reglamentario
Históricamente, Pachuca ha cumplido la regla de menores de la Liga MX impulsando nuevos talentos. Sin embargo, en este semestre, dicha norma se cumplió únicamente gracias a futbolistas que ya habían sido debutados en procesos anteriores.
Los juveniles no fueron una apuesta real, sino un recurso administrativo, lo que evidenció la falta de un plan de desarrollo para las fuerzas básicas durante el ciclo del “Jimmy”.
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El contraste con Guillermo Almada: Un legado que se detuvo
La comparación con el proceso anterior resulta inevitable. Guillermo Almada, antecesor de Jaime Lozano, dejó un legado sólido en el club: 20 futbolistas debutados en tres años y medio, siete de ellos tan solo en el Clausura 2024.
Bajo su gestión, la cantera tuza vivía uno de sus momentos más productivos, con jóvenes que no solo debutaban, sino que competían por puestos titulares. Ese impulso se frenó de manera abrupta en 2025.
Juan Sígala, el último debut y símbolo del estancamiento
El último futbolista en debutar con Pachuca fue Juan Sígala, cuya aparición parecía marcar el inicio de una nueva etapa de consolidación juvenil. Sin embargo, con la llegada de Jaime Lozano, quedó completamente fuera del radar.
No tuvo minutos, no contó con continuidad y su caso se convirtió en el símbolo del estancamiento de la cantera tuza durante el semestre.
Otros juveniles como Sergio Hernández, Daniel Méndez, Princewill Achinulo y Cristóbal Alfaro apenas fueron convocados en algunos encuentros, sin llegar a debutar en Primera División.
En Pachuca, la formación y proyección de talento no es un complemento del proyecto deportivo, sino su columna vertebral. Alejarse de esa filosofía tuvo un impacto directo en la evaluación global del ciclo de Jaime Lozano, cuyo paso por la Bella Airosa quedó marcado por la ruptura de la identidad institucional.
Esteban Solari y el regreso a la esencia formadora de Pachuca
De cara al futuro, el club ya trabaja para corregir el rumbo. Todo apunta a que Esteban Solari será el encargado de retomar la esencia formadora de Pachuca, con varios jóvenes ya integrados en la pretemporada invernal.
El mensaje al interior del club es claro: la cantera tuza debe volver a ser prioridad. Porque en Pachuca, cuando no se debuta talento propio, el proyecto pierde sentido.