Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una fecha clave para visibilizar este fenómeno y enfatizar que, a pesar de su gravedad, el suicidio es prevenible. El lema 2024-2026, “Cambiar la narrativa”, tiene como objetivo derribar el estigma, crear conciencia social y fomentar una cultura de comprensión, apoyo y acompañamiento para quienes atraviesan momentos de crisis.
Factores de riesgo del suicidio
Comprender la prevención del suicidio implica identificar la interacción de los factores de riesgo, que se presentan en distintos niveles:
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Psicológicos y psiquiátricos: depresión, trastornos de ansiedad, impulsividad, abuso de sustancias e historial de intentos de suicidio.
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Sociales y familiares: aislamiento, conflictos familiares, pérdida de seres queridos, violencia intrafamiliar, acoso y discriminación.
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Ambientales y situacionales: problemas económicos, acceso a medios letales y dificultades en la atención de la salud mental.
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Biológicos y genéticos: enfermedades crónicas, dolor intenso y antecedentes familiares de trastornos mentales o suicidio.
Estos factores rara vez actúan de manera aislada; su acumulación aumenta la vulnerabilidad de las personas. Aunque existe un vínculo sólido entre los trastornos mentales y el suicidio, muchas decisiones son impulsivas y ocurren en situaciones de crisis extrema.
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Factores de protección y resiliencia
Los factores de protección funcionan como un escudo frente a los riesgos y son esenciales para la prevención del suicidio. Entre ellos destacan: relaciones interpersonales fuertes, creencias religiosas o espirituales y estrategias de afrontamiento positivas. Fomentar estos elementos fortalece la resiliencia y reduce la probabilidad de conductas suicidas, permitiendo que las personas cuenten con recursos internos y externos para afrontar situaciones adversas.
Señales de alerta para intervenir a tiempo
El comportamiento suicida casi nunca ocurre sin advertencias. Las señales de alerta pueden ser verbales o conductuales:
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Verbales: hablar de querer morir, sentirse sin esperanza, considerarse una carga o declarar no tener razones para vivir.
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Conductuales: aislarse, regalar pertenencias, despedirse, cambios bruscos de ánimo, consumo excesivo de alcohol o drogas y búsqueda de métodos letales en internet.
Detectar estas señales y brindar atención profesional o acompañamiento oportuno es crucial para prevenir tragedias. El Día Mundial para la Prevención del Suicidio busca que la sociedad reconozca la importancia de la intervención temprana, fomente la comprensión y promueva el apoyo activo, reforzando que la prevención del suicidio es una responsabilidad colectiva.