Austin Butler, llevó al extremo su método de trabajo en la película “Atrapado robando”. Al dar vida a Hank Thompson, un exjugador de béisbol convertido en camarero, Butler decidió pasar la noche en el set que recreaba el apartamento del personaje en el East Village de Nueva York, con el objetivo de experimentar de manera más auténtica la vida cotidiana de su rol. Su preparación lo llevó seguir un régimen de ejercicios y alimentación donde ganó 35 kg para sumergirse en el rol.
Un enfoque metódico en la interpretación
La decisión de Butler surgió de su interés por eliminar las distracciones que suelen acompañar a un rodaje. El actor buscó crear la ilusión de un hogar real en medio de un ambiente dominado por cámaras y reflectores.
“Puse música, bailé y comí comida china, todo para sentirme como un verdadero residente del lugar”, relató. Esta práctica, más allá de ser anecdótica, reflejó la seriedad con la que aborda sus papeles y su compromiso con la inmersión actoral.
Transformación física y exigencia personal
El reto de encarnar a Hank Thompson no se limitó a lo emocional. Butler también enfrentó una intensa transformación física, diseñada para transmitir la imagen de un atleta de élite en decadencia. Para ello, aumentó 35 kilos y adoptó un régimen especial de entrenamiento acompañado de consumo de cerveza. El actor explicó que este cambio era esencial para dotar de veracidad al personaje y mostrar el desgaste de un hombre cuya gloria deportiva había quedado atrás.
El papel del director Darren Aronofsky
El director Darren Aronofsky jugó un rol determinante en el proceso creativo, buscando un equilibrio entre la rigurosidad metódica de Butler y la espontaneidad necesaria para la historia. “Austin se estaba adentrando demasiado, así que le pedí que se relajara”, señaló. La película, basada en una novela gráfica, recupera la estética de los dramas criminales de los años noventa, con un tono que mezcla crudeza, humor y dinamismo. Según Aronofsky, la interpretación debía reflejar la vulnerabilidad de un hombre común atrapado en circunstancias extraordinarias.
Contradicciones de un personaje complejo
El Hank de Austin Butler es un personaje lleno de contradicciones: carismático y torpe, marcado por la tragedia y la culpa. Tras la muerte de un amigo y con una carrera deportiva truncada por una lesión de rodilla, su vida se ve dominada por el alcohol y malas decisiones. Aunque Butler admitió sentir rechazo por algunas conductas de su personaje, también destacó la importancia de reconocer su humanidad y fragilidad.
Con este papel, Butler reafirma su reputación como un actor comprometido con la exploración profunda de sus personajes, capaz de transformar su cuerpo y su entorno en busca de autenticidad.
