Desde pequeña, la artista mexicana Covadonga tuvo claro que todo lo que llama la atención se puede intentar. Esa idea la llevó a explorar diferentes caminos creativos, desde hacer vestidos para sus muñecas, producir shows en festivales, hasta hoy crear piezas de arte visual que combinan lo espiritual, lo tecnológico y lo colectivo.
Covadonga: Autodidacta y multifacética
Covadonga se formó mediante homeschooling desde la preparatoria y no cursó una carrera formal, prefiriendo seguir su curiosidad y escoger qué estudiar en cada etapa. Su trabajo atraviesa disciplinas como performance, instalación y escenografía, fusionando diversas técnicas para expresar sus ideas y emociones.
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Obra destacada: Hear my soul
En esta pieza reciente, Covadonga utiliza geometría sagrada, sonidos, numerología y plantas equipadas con sensores para que los visitantes “escuchen” su propia energía. Las plantas reaccionan de manera impredecible, a veces apagándose, creando un diálogo entre lo racional y lo natural. Para la artista, crear es escuchar lo que aún no tiene forma, una experiencia llena de asombro y pausa en el mundo acelerado actual.
Una reflexión sobre el futuro del arte
Para Covadonga, el arte contemporáneo enfrenta la saturación de lo mismo: letras, sonidos y apariencias que se repiten. Lo próximo no es innovar por innovar sino reorganizar el caos y valorar la autenticidad perdida en la hiperconectividad actual.
Inspirada por artistas como André 3000 y su álbum experimental New Blue Sun, Covadonga apuesta por proyectos multidisciplinarios que miran hacia la contemporaneidad del consumo musical y espiritual. Su próxima exposición, programada para 2026, explorará estas ideas.
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Más que brindar respuestas, el arte de Covadonga busca generar pausas, encuentros con lo invisible y momentos donde el azar y las vibraciones regresan al espectador algo inesperado. En palabras de la propia artista, en un mundo de inmediatez, crear desde la escucha profunda es un acto de rebeldía y autenticidad.
