El telescopio espacial Hubble descubre un raro remanente de fusión de enanas blancas

Un equipo internacional de astrónomos, utilizando el telescopio espacial Hubble, descubrió un tipo muy inusual de estrella: una enana blanca ultramasiva que no nació de la evolución normal de una sola estrella, sino de la fusión de una enana blanca con otra estrella.

Este hallazgo, posible gracias a las observaciones en luz ultravioleta de Hubble, sugiere que este tipo de objetos podría ser más común de lo que se pensaba.

Las enanas blancas son el “final” de las estrellas que no tienen suficiente masa para explotar como supernovas. Cuando una estrella agota su combustible de hidrógeno, expulsa sus capas externas y deja al descubierto un núcleo muy denso, del tamaño de la Tierra, que se convierte en una enana blanca.

Generalmente, estas tienen atmósferas de hidrógeno y helio que ocultan los elementos de su interior, como carbono y oxígeno.

El caso de la enana blanca WD 0525+526, ubicada a solo 128 años luz, llamó la atención porque en su atmósfera se detectó carbono, algo inusual. Esto puede ser señal de un origen más violento: la colisión de dos estrellas.

Ese choque elimina gran parte del hidrógeno y el helio, permitiendo que el carbono del núcleo salga a la superficie y sea visible en el espectro de luz.

Este descubrimiento es el primero en identificar una enana blanca nacida de una fusión gracias a su espectro ultravioleta. Antes, solo seis casos similares se habían encontrado usando luz visible. WD 0525+526 es especial incluso dentro de ese pequeño grupo, ya que es más caliente (unos 21 mil grados) y más masiva que las demás.

Su temperatura es tan alta que el carbono no puede llegar a la superficie por el proceso habitual de mezcla interna que ocurre en estrellas más frías. En su lugar, un mecanismo más sutil, llamado semiconvección, es el que lo transporta. Además, contiene muchísimo menos carbono que otras estrellas formadas por fusión: unas 100 mil veces menos.

Los investigadores creen que, si WD 0525+526 reveló su historia solo gracias a la luz ultravioleta, puede haber muchas más enanas blancas “normales” que en realidad sean restos de choques estelares. El equipo planea continuar la búsqueda para saber cuántas de estas fusiones se esconden en el cielo y qué papel juegan en la evolución de las estrellas.

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