No cabe duda que la presidencia de Francisco Cervantes en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) sigue dando de qué hablar tras los reportes más recientes: continúa el quiebre dentro del organismo empresarial.
Como lo adelantamos en esta columna, el malestar crece al grado que estaría sobre la mesa la posibilidad de una salida antes de diciembre. Esto luego que tiene otras intenciones que demuestran una vez más que solo ve por sus intereses: busca crear una instancia paralela al organismo y acaparar a su favor negociaciones con el gobierno.
Fuentes empresariales dentro del organismo son directas y no menosprecian la gravedad del asunto al calificarla como un “escenario de alto riesgo de división”. Esto sobre todo por la salida de Jorge Alberto Juraidini, una muestra del rompimiento interno.
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Los señalamientos no son para menos y es algo que Francisco Cervantes fomenta desde hace tiempo en el CCE, organismo que cada vez hace menos caso a las peticiones de todos los empresarios, quienes continúan en su sensación de no estar representados.
Por si esto fuera poco, la situación es aún más alarmante. Esto luego que también hay versiones sobre que su esposa, hijo y yerno despachan desde las oficinas y les pagan. Otras críticas son por magnas y exclusivas fiestas que Francisco Cervantes hace en Tlaxcala con cargo al CCE.
Las Pymes y Mipymes ven en Cervantes falta de liderazgo y firmeza para defender sus intereses. Mientras los pequeños y medianos empresarios ven un camino difícil de desarrollo, él acaba dep edir una camioneta nueva cuando la que utiliza está en excelentes condiciones.
A Francisco Cervantes no le gusta gastar de su bolsillo, pero sí usar al organismo cúpula para enriquecerse y ver solo por sus intereses.
Por Silvestre Borja