Por: Patricia Limón
Iván Antonio Pérez Ruiz, actual presidente de la Canaco Servytur Ciudad Juárez, dejó de representar a los comerciantes organizados desde el momento en que decidió respaldar públicamente al Consejo Coordinador Empresarial Nacional, una estructura ajena a la CONCANACO SERVYTUR.
Su acto, lejos de fortalecer al gremio, fracturó la unidad del sector y le valió el repudio interno. Hoy, enfrenta un proceso disciplinario por traicionar los principios que juró defender.
La Comisión de Honor y Justicia de la Confederación, encabezada por Juan Branca Gutiérrez, no tardó en actuar. Le abrieron el expediente 02/2025/CHJ y le impusieron sanciones severas: suspensión de derechos, expulsión de grupos institucionales, veto de acceso a instalaciones y la deslegitimación oficial de cualquier acto que intente realizar.
Lo aislaron, literalmente, por considerarlo un riesgo para la integridad del sistema.
El Judas de Canaco Juárez
Lejos de asumir su responsabilidad, Iván Pérez eligió el camino más cómodo: victimizarse y mentir. Ahora recurre a argumentos absurdos para justificar su caída, como afirmar que lo sancionaron por la elección de consejeros del IMSS.
Asegura que dejaron fuera a Juárez, pero olvida (o finge olvidar) que esas sesiones se realizan desde siempre en la capital del estado y que los representantes han sido de Canaco Cuauhtémoc durante los últimos nueve años. Su versión no solo es falsa, sino descaradamente manipuladora.
Pero lo que realmente incendió los ánimos dentro de la Confederación no fue solo su apoyo al CCE. Lo grave, y documentado, fueron sus campañas de desprestigio, insultos, amenazas y desinformación dentro de chats institucionales y medios. Mientras muchos trabajan por construir consensos, Pérez Ruiz prefirió dinamitar puentes con discursos incendiarios y protagonismos vacíos.
La suspensión, por fortuna, no afecta a Canaco Juárez ni a sus integrantes, quienes siguen firmes dentro de la estructura nacional. La medida cae únicamente sobre su presidente, ese que confundió liderazgo con oportunismo y terminó aislado por quienes antes lo consideraban un aliado.
Si alguien quiere un manual de cómo arruinar una carrera institucional en tiempo récord, Iván Pérez Ruiz lo escribió con cada traición. El traje de empresario serio ya no le queda, y el disfraz de mártir no convence a nadie.
