La paz y tranquilidad de los vacacionistas que van a Acapulco en Semana Santa se convirtieron en horas de espera, tráfico y crímenes. Los delitos visibilizan la crisis de seguridad que persiste en la entidad gobernada por Evelyn Salgado Pineda.
Desde las primeras horas del miércoles se registraron bloqueos por parte de grupos de taxistas. La autopista del Sol, cerca de la caseta La Venta, fue bloqueada por el grupo de transportistas. Su exigencia no era otra más que brindarles garantía de bienestar.
En lo que va del 2025, 25 taxistas han sido asesinados en Acapulco, por lo que en el marco de la Semana Santa decidieron alzar la voz para garantizar que tienen la seguridad de volver a casa. Esta demanda no es solo aplicable para ellos, sino para los miles de turistas que visitarán la ciudad portuaria, quienes ante la ola de inseguridad que se vive corren un riesgo.
Datos revelados por el Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública dieron a conocer hace unos días que Guerrero ocupa el noveno lugar en homicidios dolosos, con un 4.8% del total registrado en el país durante el primer bimestre del año.
Esto expone a miles familias que llegaron a la ciudad para disfrutar de sus vacaciones. Según el presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco, la ciudad portuaria reporta una ocupación hotelera del 78%. Con 267 hoteles en operación, esto representa 15 mil habitaciones disponibles.
Taxistas que circulan por Acapulco han denunciado que padecen diariamente acoso del crimen organizado, algo que expone también al turismo en Semana Santa. Si se niegan a pagar, son asesinados por los halcones de los grupos delincuenciales.
Tan solo entre el 14 y el 15 de abril se registraron 11 asesinatos en Guerrero. Habitantes de la ciudad indican que las estrategias de seguridad no funcionan.
Pancartas con leyendas como “Eres un mal para nuestro estado” y “Tú acabarás con Guerrero” se leían en la manifestación para demostrar la crisis de seguridad que se cierne sobre la entidad gobernada por Evelyn Salgado, una cruz que Acapulco tiene que cargar en medio de la Semana Santa, una fecha que han esperado para recuperarse tras la catástrofe del huracán Otis.