El Gobierno de México prevé un incremento del 2.1% en turismo y un 4.4% en ingresos comparado con 2023. Este repunte responde al creciente interés por vacacionar dentro del país, reforzado por el proteccionismo de Estados Unidos y campañas como “Hecho en México”.
Acapulco lidera la reactivación con ocupación total
El epicentro de este boom turístico se vive en Acapulco, Guerrero, donde la industria hotelera anticipa un 100% de ocupación. Las autoridades estatales de turismo calculan la llegada de 410,000 visitantes, que dejarán una derrama económica de 3,033 millones de pesos (≈ $149.5 millones de dólares).
Alejandro Domínguez, gerente del Fiesta Americana Acapulco, confía en superar las expectativas:
“Los 274 hoteles y 15,000 habitaciones disponibles están listos. La ventaja es nuestra cercanía con el centro del país y la modernización de nuestra infraestructura”.
El ejecutivo reconoció que destinos como Cancún (Quintana Roo), Los Cabos (Baja California Sur) y Puerto Vallarta (Jalisco) mantienen ventajas por su atractivo internacional, pero insistió en que México debe mejorar su conectividad aérea:
“Necesitamos vuelos directos y campañas globales que muestren el nuevo Acapulco”.
Cifras históricas: 14.7 millones de viajeros movilizados
La Secretaría de Turismo federal estima que 14.7 millones de personas viajarán por México en esta Semana Santa, con un gasto total de 282,011 millones de pesos (≈ $14,100.5 millones de dólares). Engelberth Zapata, gerente del Ritz Acapulco, atribuye este éxito a la preferencia por el turismo local:
“Los mexicanos están redescubriendo sus playas. Aunque algunos viajan al extranjero, el grueso se queda”.
Zapata destacó la recuperación de Acapulco tras los huracanes Otis y John:
“Pasamos de una ocupación del 20-25% en temporada baja al 45-50% actual. En nuestro caso, llegamos al 70% gracias a promociones estratégicas”.
Con una Semana Santa que romperá récords, México consolida su turismo mediante inversión privada, apoyo gubernamental y un sentimiento patriótico que impulsa el consumo interno. Los datos confirman: vacacionar en México es más que una tendencia, es un movimiento económico.