Un mes después de su lanzamiento, el programa federal de desarme voluntario revela cifras impactantes: 1,152 armas de fuego entregadas por la ciudadanía, con la Ciudad de México y Juárez como protagonistas. La estrategia, que combina recolección en templos con campañas educativas, busca atacar las causas de la violencia desde su raíz.
Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, detalló que del total recolectado, 782 son armas cortas, 268 largas y 84 granadas, además de más de 48,000 cartuchos. Los puntos más activos fueron la Basílica de Guadalupe (453 armas) y la Catedral de Juárez (437), donde los ciudadanos recibieron incentivos por su participación voluntaria.
El programa se ampliará a Villahermosa y Celaya con nuevos módulos. Paralelamente, se han intercambiado 2,800 juguetes bélicos por didácticos y realizado 1,199 jornadas contra las drogas, atendiendo a 340,633 personas. “Estamos transformando mentalidades”, destacó Rodríguez durante el informe.
¿Cómo funciona el programa de desarme voluntario?
La estrategia, parte del plan “Atención a las Causas”, prioriza la prevención sobre el uso de la fuerza. Según expertos, cada arma retirada circulación representa hasta 5 eventos violentos evitados anualmente. Los templos funcionan como centros neutros para garantizar confianza ciudadana.
Con este programa las personas podrán entregar sus armas en los atrios de las iglesias, sin investigaciones y a cambio de recursos económicos.
Mientras CDMX y Juárez muestran avances, el reto sigue siendo escalar el modelo a otros 20 municipios prioritarios. Con 6% del arsenal ilegal estimado recolectado en un mes, el programa podría convertirse en referente regional si mantiene este ritmo.
