La tragedia que azotó a Veracruz con el paso del huracán Priscilla develó las malas decisiones de la gobernadora Rocío Nahle. Su administración decidió no renovar el seguro estatal contra desastres naturales, dejando a las familias sin respaldo.
De acuerdo con información de La Silla Rota, el gobierno anterior, encabezado por Cuitláhuac García Jiménez, contrató la póliza 100-77485-02, vigente del 31 de mayo de 2024 al 30 de mayo de 2025.
Esta protegía a la entidad ante daños ocasionados por fenómenos meteorológicos. La gobernadora de Morena optó por no renovarla y la sustituyó con la recién creada Aseguradora Veracruzana de Servicios Integrales (ASVI). No obstante, la institución estatal aún no define la cobertura ni cuenta con el capital suficiente para operar plenamente.
La decisión resultó catastrófica: tras el paso del huracán categoría 2, que dejó 29 personas fallecidas y 18 desaparecidas en la entidad, Veracruz quedó sin respaldo financiero para atender los daños materiales. Viviendas, carreteras, escuelas y hospitales sufrieron afectaciones graves que, en condiciones normales, hubieran sido parcialmente cubiertas por la póliza de desastres.
La falta de previsión no solo contradice la Ley General de Protección Civil, sino que también evidencia un vacío de responsabilidad gubernamental en la protección del patrimonio público y privado. Mientras cientos de damnificados exigen apoyo, el gobierno estatal enfrenta críticas por la eliminación de un seguro que garantizaba respuesta inmediata en emergencias climáticas.
Con la ASVI todavía en fase de estructuración y sin claridad sobre su alcance, el estado se encuentra en una situación de vulnerabilidad sin precedentes por el impacto de Priscilla.
La omisión de Rocío Nahle, según expertos en gestión de riesgos, podría costar a Veracruz millones de pesos en pérdidas no recuperables.