El consumo de cigarros electrónicos o vapeadores, ha crecido de manera significativa. Debido a esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre sus riesgos, especialmente entre los jóvenes. Aunque estos dispositivos surgieron como una alternativa al tabaco tradicional, ahora están generando nuevas adicciones.
Actualmente, unos 100 millones de personas en el mundo usan vapeadores, y cerca de 15 millones de ellos son adolescentes de entre 13 y 15 años. La OMS destaca que los jóvenes tienen nueve veces más posibilidades que los adultos de volverse consumidores habituales de estos productos.
Vapeadores: ¿solución o riesgo?
Muchas personas creen que los cigarros electrónicos ayudan a dejar de fumar. Sin embargo, especialistas alertan que los vapeadores exponen a los adolescentes a la nicotina desde edades tempranas, lo que puede afectar su salud a largo plazo. Entre los problemas asociados se encuentran:
- Enfermedades respiratorias, como asma y EPOC
- Cáncer
- Alteraciones en el desarrollo neurológico
- Daño neuronal y renal
El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de México coincide en que, lejos de ser un simple sustituto del tabaco, los vapeadores pueden convertirse en un nuevo peligro para la población joven.

Respuestas globales y cambios en la industria
Varios países ya aplicaron restricciones. Brasil, Uruguay, Argentina, Reino Unido y México limitaron o prohibieron la venta de estos productos. La industria tabacalera respondió con un giro estratégico: mientras el número de fumadores tradicionales ha bajado de 1,380 millones en 2000 a 1,200 millones en 2024, muchas empresas apuestan por el desarrollo de cigarros electrónicos.
Este cambio creó un fenómeno contradictorio: aunque se reduce el tabaquismo, aumenta la exposición a la nicotina entre adolescentes, quienes perciben los vapeadores como algo inofensivo.
El futuro de los cigarros electrónicos / vapeadores
Gobiernos, médicos e industria buscan ahora encontrar un equilibrio entre los beneficios de reducir el consumo de tabaco y los riesgos que implican los dispositivos electrónicos. La prioridad es proteger a las nuevas generaciones y evitar que la moda del vapeo socave los avances en salud pública logrados durante décadas.
Con información de Reuters.
