“No habrá refugio”: ICE advierte presencia en el Super Bowl con Bad Bunny

Bad Bunny Bad Bunny
Foto: IG / Bad Bunny

El anuncio de que Bad Bunny encabezará el espectáculo de medio tiempo en el Super Bowl convirtió a la final de la NFL en un campo de batalla cultural. El artista de Vega Baja, Puerto Rico, llevará su música a millones de espectadores. Sin embargo, enfrenta un debate político que refleja las divisiones internas de Estados Unidos.

Benito Antonio Martínez Ocasio, su nombre real, describió este logro como un homenaje a su gente y a la historia latina. Sus seguidores lo celebran como un paso decisivo hacia una mayor visibilidad del idioma español en espacios de alcance global. Sin embargo, sus críticos consideran que su inclusión rompe con la tradición de un espectáculo que, según ellos, debe representar únicamente a la cultura estadounidense.

Bad Bunny
Foto: IG / Bad Bunny

El factor migratorio entra en juego

Corey Lewandowski, exasesor de Donald Trump, no tardó en lanzar advertencias. Aseguró que ICE desplegará agentes en el evento y advirtió a los migrantes sin papeles que no encontrarán refugio ni siquiera en un partido de fútbol americano. Sus declaraciones alimentaron temores sobre posibles redadas y reforzaron la idea de que la participación del Conejo Malo (Bad Bunny) está cargada de implicaciones políticas.

Comentaristas como Jack Posobiec y Robby Starbuck también criticaron la elección. El primero lo acusó de no representar al país y recordó que Jay Z mantiene un contrato con la NFL para producir el espectáculo.

El segundo pidió directamente a los fanáticos que presionen a la liga para revertir la decisión. En paralelo, el hashtag “Boycott the NFL” se volvió tendencia en X, mostrando la magnitud de la controversia.

Bad Bunny: Orgullo latino frente a la resistencia conservadora

A pesar de las críticas, Bad Bunny sigue siendo una figura global que rompe récords. Su más reciente álbum alcanzó cifras históricas en Spotify, y su serie de conciertos en Puerto Rico reafirmó su poder de convocatoria. Aunque no se pronuncia aún sobre las declaraciones de Lewandowski, su sola presencia en el Super Bowl ya representa un mensaje de resistencia cultural.

Mientras los sectores conservadores lo califican de activista y opositor a la política migratoria, millones de fanáticos lo ven como un símbolo de orgullo y representación. Incluso el gobernador de California celebró su participación, destacando la importancia de abrir el escenario a la diversidad.

El 8 de febrero, el Levi’s Stadium será testigo de más que un partido de fútbol. El medio tiempo con Bad Bunny se perfila como un reflejo del choque entre visiones opuestas: la celebración de una identidad cultural compartida por millones y la resistencia de quienes temen perder el control del relato nacional.

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