Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela atraviesan uno de sus momentos más críticos tras el incidente ocurrido este jueves en aguas internacionales. El Departamento de Defensa de Estados Unidos denunció que dos aeronaves militares venezolanas sobrevolaron de manera provocadora al buque de misiles.
Según las autoridades estadounidenses, esta acción fue un intento deliberado de interferir en las operaciones antidrogas y antiterroristas que Estados Unidos despliega en la región. El buque forma parte de una misión destinada a interceptar cargamentos ilícitos y desmantelar redes criminales vinculadas al narcotráfico y el terrorismo.

Fuente: Departamento de Defensa de Estados Unidos
Este episodio se enmarca en un contexto de creciente fricción entre Washington y Caracas. Las autoridades estadounidenses sostienen que Maduro encabeza una red de narcotráfico vinculada al llamado Cartel de los Soles, lo que llevó al Departamento de Justicia a duplicar la recompensa por su captura, elevándola a 50 millones de dólares. La respuesta venezolana, por el momento, ha sido el silencio: ni confirmación ni desmentido oficial sobre el incidente aéreo.
Refuerzo militar del Departamento de Defensa y escalada en el Caribe
La tensión no se limita a este evento. Estados Unidos evalúa reforzar su presencia militar en la región con el despliegue de diez aviones F-35 en Puerto Rico, una medida que, aunque no confirmada oficialmente, aumentaría la presión sobre Venezuela.
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Además, el Departamento de Defensa podría ser rebautizado como Departamento de Guerra, un cambio simbólico que reflejaría la postura dura de Washington frente a conflictos internacionales.
Para Venezuela, el hecho serviría para desafiar la hegemonía estadounidense. El sobrevuelo de sus aeronaves puede interpretarse como una demostración de fuerza frente a la presencia militar extranjera en aguas cercanas a su territorio.