En la Ciudad de México, los tradicionales carritos de café y pan forman parte del paisaje urbano y de la rutina de miles de capitalinos que inician su jornada laboral con un desayuno rápido y económico. Estos puestos móviles, instalados en triciclos adaptados, se encuentran en esquinas, salidas del Metro y del Metrobús, pero una nueva medida de la alcaldía Cuauhtémoc amenaza con desaparecerlos.
Restricciones en la alcaldía Cuauhtémoc
La polémica inició cuando una reportera de Televisa compartió en redes sociales lo complicado que resultó conseguir un café por la mañana en la zona de Buenavista. Según relató, los carritos que solían estar en cada esquina habían desaparecido y solo pudo comprar su bebida gracias a un vendedor que, con temor, le explicó que la alcaldía no los dejaba poner.
La periodista cuestionó públicamente a la alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega sobre la medida, destacando que estos carritos representan un servicio esencial para quienes madrugan a trabajar.
Alcaldía busca reordenar y limpieza
Horas después, la propia alcaldesa respondió en la red social X.:
“La medida es limpiar la zona, pisos, etc… que estaban increíblemente sucios. Reordenar y recortar el comercio que estaba desbordado e impedía el paso de la gente por las banquetas. Todo esto por medio del diálogo y con mesas de acuerdos con ellos”.
De esta forma, la administración capitalina justificó el retiro de los carritos de café y pan en CDMX como parte de un proceso de reordenamiento del comercio en vía pública.
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Opiniones divididas en redes sociales
El tema generó un intenso debate. Por un lado, algunos usuarios apoyan la medida argumentando que los carritos obstaculizan la movilidad peatonal y generan basura. Por otro lado, muchos ciudadanos defienden el papel social y económico de estos pequeños negocios que ofrecen desayunos accesibles y rápidos para quienes no tienen tiempo de comer en casa.
El comercio informal en cifras
El retiro de los carritos de café no es un caso aislado, sino que refleja la tensión constante entre la formalidad y la informalidad en la economía mexicana.
De acuerdo con la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco), el comercio informal en la capital ha crecido de manera significativa en los últimos años.
Además, datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) señalan que en junio de 2025 más de 33 millones de personas trabajaban en el sector informal en México, lo que representa un 54.8 % de la población económicamente activa.
Esto significa que más de la mitad del país depende de actividades económicas informales, como los carritos de café y pan en CDMX, para sostener a sus familias.
¿El fin de una tradición urbana?
El futuro de estos puestos está en manos de las negociaciones entre las autoridades y los comerciantes. Sin embargo, el caso ha puesto sobre la mesa un debate más amplio: ¿Debe priorizarse el orden urbano y la limpieza de las banquetas? ¿O se debe proteger el derecho al trabajo y el acceso a servicios económicos para la ciudadanía?
Lo cierto es que los carritos de café y pan no solo son un negocio, sino también parte de la identidad cultural y gastronómica de la Ciudad de México, y su desaparición cambiaría la vida cotidiana de miles de capitalinos.