La reunión entre Donald Trump y Volodymyr Zelensky en la Casa Blanca dejó en claro que el presidente estadounidense ha adoptado una postura más dura hacia Ucrania tras su encuentro con Vladímir Putin. Trump insistió en que la paz solo será posible si Kiev renuncia a Crimea y abandona sus aspiraciones de unirse a la OTAN, dos de las principales demandas del Kremlin. Zelensky, por su parte, evitó un rechazo frontal pero dejó entrever que estas condiciones son difíciles de aceptar.
El tono del encuentro fue más cordial que el altercado de febrero, cuando Trump y el vicepresidente J.D. Vance criticaron a Zelenski por no mostrar suficiente gratitud hacia Estados Unidos. Esta vez, el líder ucraniano vistió traje en lugar de uniforme militar y comenzó su intervención con múltiples agradecimientos, un gesto que buscaba disipar tensiones. También entregó una carta de su esposa para Melania Trump, un detalle que reflejaba su esfuerzo por mejorar las relaciones bilaterales.

Las exigencias de Trump y la respuesta de Zelenski
Trump abandonó su anterior insistencia en un alto el fuego inmediato, una postura que había generado esperanzas en Ucrania y Europa. En su lugar, pidió a Zelensky que considere ceder territorios y renunciar a la OTAN.
“Al final, esta decisión corresponde al pueblo ucraniano”, dijo, aunque dejó claro que Estados Unidos espera concesiones.
El presidente ucraniano evitó una respuesta directa pero subrayó la necesidad de garantías de seguridad.
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“Hemos hablado de temas muy delicados”, afirmó, sin especificar si aceptaría las condiciones de Trump.
En cambio, mencionó la posibilidad de una reunión trilateral con Putin, una idea que el mandatario estadounidense respaldó. “Creo que será algo factible en poco tiempo”, declaró Trump.
El papel de Europa y las divergencias en la estrategia
La reunión posterior con líderes europeos mostró tanto apoyos como discrepancias. Emmanuel Macron propuso que un representante de la UE participe en futuras negociaciones, una idea que Trump no apoyó abiertamente. Mientras tanto, el canciller alemán Friedrich Merz insistió en la necesidad de un alto el fuego antes de cualquier acuerdo.
Mark Rutte, secretario general de la OTAN, agradeció a Trump por ofrecer garantías de seguridad similares a las del Artículo 5, aunque sin comprometerse con el ingreso de Ucrania a la alianza. El primer ministro británico, Keir Starmer, calificó el diálogo como un avance, pero queda por ver si las palabras se traducen en acciones concretas.

La pregunta clave sigue sin respuesta: ¿Está Ucrania dispuesta a ceder ante Rusia a cambio de una paz incierta? Por ahora, Zelensky mantiene una posición ambigua, pero la presión aumenta.