La reciente liberación de Israel Vallarta Cisneros, tras casi 20 años preso sin sentencia, reavivó uno de los casos más polémicos de la justicia mexicana: el montaje televisivo de 2005 que también involucró a la ciudadana francesa Florence Cassez.
Ambos fueron detenidos el 8 de diciembre de ese año, pero la entonces Agencia Federal de Investigaciones organizó una transmisión falsa del operativo, presentada al día siguiente como si fuera en tiempo real. En televisión nacional, Cassez y Vallarta aparecieron como presuntos secuestradores del grupo “Los Zodiaco”. La escena no solo fabricó culpables, sino que generó tensiones diplomáticas entre México y Francia.
Florence había conocido a Vallarta en 2004 y mantenía con él una relación sentimental. A pesar de negar su participación en delitos, fue condenada en 2008 a 96 años de prisión, pena que se redujo a 60 un año después. Durante el proceso denunció violaciones graves al debido proceso, como presiones para firmar declaraciones sin leerlas.
En enero de 2013, la Suprema Corte de Justicia de la Nación reconoció esas irregularidades y ordenó su liberación inmediata. Desde entonces, Cassez vive en Dunkerque, Francia, donde rehizo su vida, escribió dos libros y fue madre entre 2014 y 2015.

Florence Cassez: Señalamientos y cuentas pendientes
Florence no ha dejado atrás su historia con México. En entrevistas ha expresado su deseo de regresar al país para denunciar a los responsables del montaje, entre ellos Genaro García Luna, Felipe Calderón, el periodista Carlos Loret de Mola e Isabel Miranda de Wallace.
El interés por el caso resurgió en años recientes con la serie documental de Netflix El caso Cassez-Vallarta: una novela criminal, basada en la investigación del escritor Jorge Volpi. Ahí se expone cómo las instituciones manipularon la verdad y cómo los medios validaron una historia fabricada desde el poder.
La liberación de Vallarta no solo devuelve la atención a Florence Cassez, sino que confirma lo que por años se denunció: el caso fue un montaje que evidenció las fallas del sistema judicial y el uso político de la justicia. A casi dos décadas, los efectos de aquella escena televisiva siguen vigentes, y las cuentas, para muchos, aún no están saldadas.
