El escándalo político del momento tiene nombre: Adán Augusto López. El PRI lo denunció penalmente ante la FGR por supuestos vínculos con Hernán Bermúdez Requena, el exsecretario de Seguridad de Tabasco que, según los priistas, no solo era funcionario, sino que también estaba coludido con una organización criminal, “La Barredora”.
¿La bomba? Hay documentos que muestran que familiares de ambos aparecen en siete empresas que crecieron al amparo del poder. El senador priista Alejandro Moreno no se anduvo con rodeos:
“Llevan más de 30 años de conocerse. Bermúdez ya era señalado como corrupto desde antes y aun así lo pusieron a cargo de la seguridad del estado”.

El PRI exige que se vaya del Senado
Pero la cosa no se quedó en la denuncia. El PRI también pidió que Adán Augusto deje la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Senado. Dicen que su permanencia daña la imagen del Congreso y que el escándalo ya traspasó fronteras.
“Tenemos quejas de otros países, porque el Senado mexicano ya es noticia en todo el mundo… y no por buenas razones”, soltó el PRI en conferencia.
Además, anunciaron que se preparan más denuncias contra otros personajes de Morena, incluidos varios gobernadores y hasta el expresidente López Obrador.
PAN se suma a la presión
Ricardo Anaya, desde el PAN, apoyó la exigencia y pidió que se investigue a fondo la relación entre López Hernández y Bermúdez.
“Esto huele a red de complicidad, no a un caso aislado. Si hay acusaciones, que se investigue y se castigue”, dijo.

Morena se cierra en defensa
Del otro lado, los senadores de Morena salieron en defensa de su coordinador. Imelda Castro aseguró que no hay ninguna investigación legal y que todo son ataques mediáticos.
“Adán Augusto está firme, no hay razones para que se vaya”, dijo.
También el diputado Ramírez Cuéllar calificó los rumores de cambio en la coordinación como “puro chisme” y descartó cualquier movimiento interno.
Por ahora, la guerra está declarada en el Senado. La oposición no suelta el tema y Morena no cede un centímetro.
