El Tren Maya fue uno de los megaproyectos de Andrés Manuel López Obrador y uno de sus corazones está en Calakmul. Sin embargo, a más de año y medio de su inauguración, este proyecto no cumple con su misión de potenciar la economía y el turismo cultural en la región.
Un adelanto de esto se avecinaba desde hace un par de meses, cuando general Óscar David Lozano Águila reconoció que este medio de transporte no era rentable bajo el modelo actual. Es decir los beneficios a través del uso solo para pasajeros no podía continuar.
Para que realmente fuera funcional se necesitaba que tendría que convertirse en transporte de carga para generar una salud financiera en cinco años.
“Esa es una realidad y es un hecho”, declaró respecto a la posibilidad de alcanzar un punto de equilibrio económico, el cual se lograría en 2030.
El Tren Maya y su fracaso en potenciar el desarrollo económico y cultural en Calakmul
La nueva información fue dada a conocer por el periódico El Universal. Sostuvo que en los tramos 2 y 7, durante un recorrido por la periodista Reyna Paz, se constató la baja afluencia de pasajeros, el nulo apoyo al turismo comunitario y una desconexión profunda entre la infraestructura y la población local.
Las estaciones visitadas en Campeche —San Francisco, Xpujil y Calakmul— se encontraban prácticamente vacías y lejos de los centros urbanos, museos o zonas arqueológicas.
El director del Tren Maya, Óscar Lozano Águila, reconoció recientemente que una de las principales preocupaciones ciudadanas es precisamente cómo llegar a las estaciones, ya que muchas están ubicadas fuera de las zonas pobladas. Hasta julio de 2025, el sistema ha transportado apenas 1.3 millones de pasajeros.
En términos de impacto turístico y cultural, la promesa queda corta. En Calakmul, el tren apenas ofrece una pequeña exposición con 10 piezas arqueológicas y una tienda de recuerdos casi vacía. El hotel Tren Maya Calakmul, construido por la Secretaría de la Defensa Nacional con un costo de 645 millones de pesos, resulta inaccesible. Una habitación sencilla cuesta más de 2 mil pesos por noche; mientras que el transporte a la zona arqueológica cuesta más de 900 pesos por persona.
Paradójicamente, son los proyectos comunitarios, como el Campamento Yaax’ Che —operado por productores locales desde 1994— los que ofrecen una experiencia auténtica: comida regional, senderismo, avistamiento de aves y prácticas sustentables. Sin embargo, estos espacios sufren marginación.
Un proyecto que vio por la infraestructura en vez de la ciudadanía
El Tren Maya evidencia grietas de un proyecto que privilegió la infraestructura sobre la inclusión real. Este se trata de uno de los puntos más críticos tomando en cuenta el Plan México, que apuesta por el turismo comunitario como uno de sus ejes.
El que el Tren Maya pueda ser rentable es un objetivo desde sus inicios. Su importancia radica en la conexión del mundo maya; sin embargo al proyecto se le critica por diferentes circunstancias.
Tal es el caso del Tramo 5 Sur, que representaría riesgos de colapsos y hundimientos por el terreno kárstico. Los problemas para el Tren Maya continúan y parece que el nuevo gobierno prefiere ver hacia otro lado.