Una tarifa adicional de $250 dólares gravará las visas de no-inmigrante a Estados Unidos, incluyendo las categorías de turismo (B1/B2) y estudiante (F1). La medida, parte de la reforma fiscal reciente, elevaría el costo total por visa a $435 USD a partir de 2026.
La industria turística estadounidense, que genera $200 mil millones anuales, advierte sobre posibles disminuciones en visitantes. Universidades también manifiestan inquietud, ya que el 5.6% de sus alumnos son internacionales. El pago será obligatorio y se reajustará cada año conforme a la inflación.
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Reacciones de los sectores afectados
Geoff Freeman, presidente de la Asociación de Viajes de EE.UU., calificó la medida como “un impuesto encubierto” que podría reducir en un 8% las llegadas internacionales según proyecciones preliminares. Por su parte, el Consejo Americano de Educación destacó que el costo total de $435 USD por visa representaría una barrera adicional para los más de 900,000 estudiantes extranjeros que aportan $40 mil millones anuales a la economía.
Autoridades consulares confirmaron que no habrá excepciones para programas educativos patrocinados ni visitas familiares, aunque evalúan mecanismos de pago escalonado para casos especiales.