Un silencioso operativo de inteligencia entre México y Estados Unidos culminó con la detención de uno de los fugitivos más buscados por el FBI. Omar García Harfuch, secretario de Seguridad, reveló que el arresto -producto de meses de trabajo coordinado- logró ubicar a un individuo vinculado a homicidios calificados y otros delitos graves.
El detenido, cuya identidad se mantiene en reserva por razones legales, figuraba en la lista de objetivos prioritarios del Buró Federal estadounidense. Fuentes extraoficiales sugieren su conexión con carteles de narcotráfico, aunque Harfuch evitó confirmarlo: “La investigación sigue abierta”. Este sería el segundo éxito en 2024 del nuevo protocolo que integra bases de datos y equipos tácticos de ambos países.
El modus operandi refleja un cambio histórico: mientras antes reinaba la desconfianza, ahora agentes mexicanos y estadounidenses comparten inteligencia en tiempo real. Todo el operativo se realizó respetando la soberanía nacional, con miras a una pronta extradición. Expertos señalan que esta captura demuestra la efectividad del “nuevo paradigma” en seguridad conjunta.
La SSPC promete revelar pronto la identidad del detenido y los cargos exactos que enfrenta. Mientras tanto, el caso ya se estudia como modelo para futuras colaboraciones contra el crimen organizado transnacional.
Este arresto marca un punto de inflexión en la lucha binacional contra el crimen, demostrando que cuando la cooperación prevalece sobre la desconfianza, hasta los criminales más escurridizos caen.