El 21 de marzo de 2025 marcó un punto de inflexión cuando el expresidente Donald Trump confirmó que Boeing se adjudicó el contrato multimillonario para desarrollar el F-47, derrotando a Lockheed Martin en una feroz competencia. Este monstruo tecnológico nace del programa ultrasecreto NGAD (Next Generation Air Dominance) y promete reescribir las reglas del combate aéreo.

Fuentes militares revelan que el F-47 incorpora:
- Sensores cuánticos con capacidad de detección sin precedentes
- Motores de ciclo variable que redefinen el concepto de autonomía
- Escuadrones de drones CCA (Collaborative Combat Aircraft) que operan como extensiones del caza principal
“Estamos ante un salto evolutivo comparable al paso de los biplanos a los reactores”, declaró el general David Allvin, jefe de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF).
La respuesta China: el J-36 entre el espejismo y la realidad
Cuatro días después del anuncio estadounidense, imágenes borrosas captaron al J-36 surcando los cielos de Chengdu. Pero tras el espectáculo mediático, los expertos detectan graves limitaciones:

- Diseño cuestionable: Su configuración sin cola sugiere más un bombardero furtivo que un caza de superioridad aérea
- Tecnología inmadura: Los visibles trenes de aterrizaje y sondas de prueba delatan su fase experimental
- Motorización limitada: Los WS-10C no alcanzan el rendimiento de los propulsores occidentales
“Es como comparar un concept car con un vehículo de producción en serie”, advierte Bill Sweetman, analista de defensa.
La cruda realidad: Por qué EE.UU. sigue liderando
Mientras China lucha por poner en servicio sus J-20 (con menos de 50 unidades anuales), Estados Unidos ya opera:
- 187 F-22 Raptor
- Más de 1,000 F-35
- Próxima generación de F-47 en producción
La ventaja clave reside en la experiencia operativa:
– 450,000 horas de vuelo acumuladas en combate real
– Actualizaciones continuas mediante diseño modular
– Red de aliados para despliegue global
China, en cambio, enfrenta:
– Tecnología reverse-engineered
– Falta de entrenamiento en escenarios reales
– Dependencia de componentes importados
“El F-47 no es solo otro avión, es un ecosistema de combate”, explica un oficial de la USAF. Sus drones de acompañamiento pueden realizar:
- Misiones de reconocimiento
- Ataques suicidas
- Interferencia electrónica
Mientras China sigue haciendo demostraciones propagandísticas, Estados Unidos perfecciona tácticas de guerra de enjambre que dejan obsoletos los conceptos tradicionales.
Más que aviones, un choque de modelos
Esta batalla tecnológica refleja dos enfoques distintos:
– EE.UU.: Innovación constante + experiencia real
– China: Copia acelerada + demostraciones mediáticas
Con el F-47 operativo para 2030 y el J-36 aún en pañales, la ventaja estadounidense parece consolidarse. Pero como advierte el Pentágono: “Subestimar a China sería un error fatal”. La carrera continúa, y los cielos del futuro se disputan hoy.