La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo aterriza este sábado en Tlaxcala con una agenda cargada de compromisos sociales que podrían cambiar el rostro de la salud pública en la entidad. El punto neurálgico: la supervisión del Hospital General de Apetatitlán y el lanzamiento de “Salud Casa por Casa”, estrategia que promete llevar atención médica a los rincones más marginados del estado.
La mandataria federal dedicará parte importante de su gira al modelo IMSS-Bienestar, pieza clave para cumplir su promesa de salud universal. Testigos anticipan que podría anunciar ampliación de especialidades médicas y equipamiento de alta tecnología para el hospital en construcción. Paralelamente, en San Pablo del Monte, revisará los avances del FAISPIAM – fondo que ha beneficiado a 32 comunidades indígenas con proyectos de agua potable y electrificación.
Esta no es una visita protocolaria: fuentes cercanas a Palacio Nacional revelan que Sheinbaum busca personalmente evaluar la implementación de programas sociales en municipios con altos índices de pobreza. La elección de Tlaxcala no es casual – ocupa el 5° lugar nacional en marginación indígena según CONEVAL.
Todo apunta a que Tlaxcala podría convertirse en caso de estudio para el nuevo modelo de desarrollo social que impulsa la administración.
¿Qué beneficios traerá la visita de Claudia Sheinbaum a Tlaxcala?
- Inversión en salud: Equipamiento de última generación para Hospital de Apetatitlán, ampliación de cobertura IMSS-Bienestar al 100% de municipios y entrega de medicamentos gratuitos en zonas rurales.
- Desarrollo comunitario: 18 nuevos proyectos de agua potable con FAISPIAM, electrificación de 5 comunidades originarias y pavimentación de caminos rurales. prioritarios.
- Compromisos esperados: Duplicar presupuesto para salud indígena, creación de 3 nuevos centros de especialidades y lanzamiento de brigadas médicas móviles.
Mientras el reloj avanza hacia el sábado, Tlaxcala se prepara para una visita que podría marcar un antes y después en el acceso a derechos sociales básicos. Sheinbaum tiene la oportunidad de demostrar que su modelo de “república amorosa” trasciende el discurso y se materializa en hospitales que sanan y programas que incluyen.
