Tlaxcala se vistió de gala este 19 de mayo para recibir a su protectora celestial. La Bajada de la Virgen de Ocotlán, una de las festividades religiosas más antiguas y arraigadas de México, cumplió 270 años de unir fe, tradición e identidad cultural. Más de 50,000 fieles abarrotaron las calles del Centro Histórico de Tlaxcala, demostrando que esta tradición sigue más viva que nunca.
El recorrido sagrado que paralizó la ciudad
Al amanecer, el repique de campanas anunció el inicio de la celebración. La imagen de la Virgen de Ocotlán, cuidadosamente descendida de su nicho en la Basílica de Ocotlán, inició su peregrinar sobre un mar de tapetes de aserrín que superaron los 500 metros de longitud. Artesanos de toda la región trabajaron 72 horas continuas para crear estos efímeros tapices que mezclaron aserrín teñido, flores frescas y arcilla molida.

La procesión, encabezada por el obispo Julio César Salcedo Aquino, hizo escala en 7 templos históricos, incluyendo la majestuosa Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, joya del Patrimonio de la Humanidad. En cada parada, grupos corales indígenas entonaron cantos en náhuatl que han acompañado esta tradición por siglos.
De la leyenda a la realidad: una devoción que trasciende fronteras
La historia registra que en 1541, la Virgen de Ocotlán se apareció al indígena Juan Diego Bernardino en medio de un ocote en llamas, marcando el inicio de una devoción que hoy atrae peregrinos de 18 países diferentes. Este año destacó la presencia de delegaciones filipinas y polacas, que recorrieron más de 12,000 kilómetros para unirse a la celebración.
El padre Ranulfo Rojas Bretón reveló datos impactantes: “Cada año, más de 3 toneladas de flores se utilizan para adornar el recorrido, y los tapetes de aserrín requieren de 2,500 horas de trabajo colectivo“. Las secretarías de Turismo y Cultura confirmaron que este evento genera una derrama económica superior a los 50 millones de pesos, beneficiando a 1,200 familias de artesanos.
El impacto tangible de una tradición milagrosa
• Turismo religioso: Hoteles reportaron 100% de ocupación durante 4 días
• Arte popular: Se exhibieron 120 técnicas artesanales en peligro de extinción
• Gastronomía: Se consumieron 8 toneladas del tradicional pan de fiesta
• Fe colectiva: Se registraron 47 testimonios de milagros atribuidos a la Virgen