Mario Guadalupe N., identificado por el FBI como un objetivo prioritario, terminó detenido en Puebla después de más de una década de escapar de la justicia estadounidense. El hombre, quien utilizaba también el nombre de José Francisco N., se había instalado en la entidad mientras intentaba dejar atrás una acusación por homicidio ocurrida el 1 de febrero de 2012 en Fairfield, California.
Ese día, según los reportes de la agencia federal, participó en un intento de robo que terminó con la muerte a tiros de otro hombre.
La doble identidad que intentó ocultarlo
El arresto se originó cuando elementos estatales lo encontraron en posesión de estupefacientes. Esa intervención permitió revisar sus antecedentes y descubrir que la identidad con la que se presentaba no coincidía con la del hombre buscado por autoridades de Estados Unidos.
La Fiscalía General del Estado de Puebla, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y el Instituto Nacional de Migración trabajaron de manera coordinada para verificar su información, incluida su permanencia irregular en territorio mexicano.
Su caso no era menor. El Tribunal Superior del Condado de Solano lo acusó formalmente por homicidio desde 2012, y en febrero de 2022 el Tribunal Federal del Distrito Este de California emitió una orden de arresto debido a que huyó para evitar el proceso penal.
Por esa razón, el FBI ofrecía una recompensa de hasta 25 mil dólares a quien aportara datos confiables para ubicarlo. Durante años, la doble identidad y su movilidad por México le permitieron mantenerse oculto.
Traslado de Puebla y entrega al FBI
Una vez confirmada su identidad real, las instituciones mexicanas organizaron un operativo que permitió trasladarlo desde Puebla hacia el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. De ahí, personal federal lo envió al Aeropuerto Internacional de Houston, donde fue entregado directamente a agentes estadounidenses que continuarán con el procedimiento legal en su contra.
La caída de Mario Guadalupe N. marca el cierre de un expediente que permaneció activo por más de diez años. Las autoridades federales de ambos países señalaron que la coordinación interinstitucional fue clave para identificarlo y detenerlo, ya que el hombre logró ocultarse durante largo tiempo bajo una identidad falsa. Con su entrega a Estados Unidos, enfrentará finalmente los cargos pendientes por el homicidio ocurrido en California.