El municipio de Álamo, Veracruz, vive una de sus peores crisis en años luego del desbordamiento del río Pantepec, que anegó colonias enteras tras tres días de intensas lluvias. El agua alcanzó hasta dos metros de altura en zonas como Villas de San Clemente, López Portillo, Lombardista, Arboledas, Niños Héroes, Bella Vista y Ribera, dejando cientos de viviendas inhabitables y familias sin pertenencias ni alimentos.
En las calles, la escena es devastadora: colchones flotando, electrodomésticos destruidos y personas caminando entre el lodo buscando algo que rescatar.
Promesas vacías y ausencia oficial
Mientras los habitantes intentan sobrevivir sin electricidad ni agua potable, la respuesta del gobierno estatal ha provocado molestia e indignación. Aunque Protección Civil y el Ejército Mexicano desplegaron brigadas de apoyo, los damnificados denuncian que la ayuda llega a cuentagotas y que la administración de Rocío Nahle no ha asumido su responsabilidad ante la emergencia.
En redes sociales, las críticas hacia la gobernadora se multiplican. Los pobladores cuestionan su falta de empatía y la acusan de maquillar las cifras de la tragedia.
“La gobernadora con sus tenis limpios diciendo que solo el 30% del municipio fue afectado… eso es no tener madre”, expresaron varios vecinos, cansados de esperar apoyo real mientras el agua contaminada y la falta de alimentos amenazan su salud.
Una población que se siente sola
Los habitantes de Álamo aseguran que la presidenta municipal tampoco ha dado la cara, lo que ha aumentado la sensación de abandono. En contraste con los mensajes optimistas que difunde el gobierno estatal, en las calles la realidad es otra: familias durmiendo sobre el lodo, niños enfermos y comunidades enteras incomunicadas.
Para muchos veracruzanos, la emergencia en Álamo se ha convertido en símbolo del desinterés y la desconexión del gobierno de Rocío Nahle con la gente que más necesita apoyo. Mientras las aguas del Pantepec bajan lentamente, la frustración entre los damnificados crece, junto con una exigencia clara: que la gobernadora deje las fotos y los discursos, y atienda la tragedia que su pueblo está enfrentando.