La estrella mundial del reguetón, Bad Bunny, atraviesa un nuevo capítulo legal tras ser demandado en Puerto Rico por un hombre de 84 años, quien lo acusa de haber utilizado su vivienda sin autorización en un video musical y de replicarla en tamaño real para sus conciertos. La querella exige una compensación de al menos un millón de dólares por daños y angustia emocional.
La casa de Humacao que inspiró “La Casita”
El demandante, Román Carrasco Delgado, asegura que su modesta vivienda en Humacao sirvió como modelo para la réplica conocida como La Casita, pieza central en el escenario de la última gira de Bad Bunny.
La propiedad también apareció en el cortometraje que acompañó el álbum Debí Tirar Más Fotos, que acumula millones de reproducciones en plataformas digitales. Desde entonces, decenas de fanáticos visitan la casa diariamente para tomarse fotos, situación que, según Carrasco, le ha quitado la tranquilidad de su vida cotidiana.
¿De qué acusan a Bad Bunny?
La demanda, presentada contra el artista y contra Rimas Entertainment, Move Concerts PR y A1 Productions, incluye las siguientes acusaciones:
- Enriquecimiento ilícito por el uso de la propiedad con fines comerciales.
- Uso indebido de propiedad privada sin autorización plena.
- Violación al derecho a la privacidad del propietario.
Carrasco asegura que recibió únicamente 5,200 dólares por permitir la grabación inicial, mientras que el video ya supera los 22 millones de vistas en internet. Además, denuncia que la réplica de su casa fue utilizada en más de 30 conciertos sin su consentimiento.
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¿Puede Bad Bunny ir a la cárcel?
Por ahora, no. El proceso en curso es de carácter civil, lo que significa que lo que se disputa es una indemnización económica y no una pena de prisión.
Sin embargo, la situación podría complicarse si durante el juicio se comprobara la existencia de falsificación de documentos o un engaño doloso en la firma de contratos. De ser así, podrían abrirse procesos penales contra los responsables.
Hasta el momento, no existe ninguna orden de arresto ni cargos criminales directos contra Bad Bunny. El caso apenas comienza en la Corte de Primera Instancia de San Juan.
Una vivienda con historia
Don Román relató que construyó su casa en los años 60 con ayuda de su familia. Con tres recámaras, dos baños y un porche con hamaca, la vivienda se convirtió en un símbolo de la vida tranquila del barrio.
“La vi en la mente y mi hermano empezó a hacer garabatos”, contó Carrasco, recordando el proceso de diseño. Hoy, esa misma casa es el epicentro de una batalla legal que podría manchar la imagen del reguetonero y afectar su tour internacional.
Aunque no se enfrenta a prisión inmediata, esta demanda podría representar un golpe económico y mediático para el intérprete de Un Verano Sin Ti. Además, revive el debate sobre los límites del uso de propiedad privada en la industria del entretenimiento y el derecho de los artistas a recrear espacios con fines creativos.