El flujo de remesas hacia Puebla mantiene una tendencia positiva, alcanzando los 3,366 millones de dólares al cierre de 2024, con un crecimiento trimestral promedio del 2.05%. Este ingreso representa un respaldo crucial para muchas familias en el estado, especialmente en municipios como Puebla, Tehuacán y Atlixco, que concentran la mayor parte de estos envíos.
A nivel nacional, las remesas representaron el 3.4% del PIB en 2024 y llegaron a un récord histórico de 64,745 millones de dólares, aunque en diciembre se registró una disminución a 5,228 millones. El Banco de México señala que el 99.1% de estas transferencias se realizaron por medios electrónicos, y que la mayor parte de los pagos se hicieron a través de instituciones no bancarias.
Factores económicos y su impacto en las remesas en Puebla
Un estudio del Dr. Ignacio Ibarra López, del Tecnológico de Monterrey, analiza cómo las políticas económicas de Estados Unidos influyen en el comportamiento de las remesas en Puebla. A través de un modelo basado en inteligencia artificial, el especialista encontró que el crecimiento económico del país vecino es determinante: por cada punto porcentual que aumenta su PIB, las remesas hacia Puebla crecen 0.59%.
El análisis también revela que, durante la pandemia, los envíos al estado tuvieron un crecimiento acelerado del 5.53%, mientras que en años sin crisis sanitaria la tasa promedio fue del 2.13%. Además, se observó una ligera reducción en los periodos en los que Donald Trump ocupó la presidencia de Estados Unidos, con un crecimiento del 2.30%, frente al 2.89% en otros años.

Previsión para 2025: Riesgo de una caída en las remesas
Las proyecciones del estudio advierten que una posible contracción de la economía estadounidense, impulsada por políticas arancelarias más estrictas, podría afectar significativamente las remesas en Puebla. Si el PIB de Estados Unidos cayera un 7.81%, los envíos de dinero hacia el estado se reducirían en un 4.57%, lo que representaría una pérdida de aproximadamente 153.94 millones de dólares al cierre de 2025.
El comportamiento de las remesas ha demostrado ser cíclico, con incrementos entre enero y marzo y ajustes a la baja entre octubre y diciembre. Si bien el flujo de recursos mosotró resiliencia en los últimos años, su evolución en el corto plazo dependerá de factores externos, como la estabilidad económica en Estados Unidos y las decisiones en materia de política comercial.