El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, lanzó un proceso de consulta escolar que genera críticas por su timing y motivaciones políticas. La iniciativa busca decidir si las escuelas públicas que llevan el nombre de Gustavo Díaz Ordaz deben cambiar su denominación, en conmemoración del 2 de octubre, fecha marcada por la tragedia estudiantil de 1968.
Armenta: Consultas cuestionables en las escuelas
Armenta instruyó a la Secretaría de Educación Pública estatal, encabezada por Manuel Viveros Narciso, a organizar consultas en los planteles que actualmente honran al expresidente, responsable de la Matanza de Tlatelolco. Aunque el gobernador afirma que la decisión recaerá en la comunidad escolar, expertos y críticos señalan que la medida parece más un gesto mediático que un verdadero ejercicio de participación democrática.
El consejero Raúl Pineda Zepeda detalló que la consulta se aplicará únicamente en escuelas con la denominación de Gustavo Díaz Ordaz, justificando la acción como un homenaje a los caídos en 1968 y un intento por “fomentar conciencia histórica y valores democráticos”.
Sin embargo, el movimiento es percibido por muchos como un despliegue de la agenda política de Armenta, desviando la atención de problemas educativos urgentes en Puebla.

Más allá de las escuelas: un patrón de símbolos públicos
El gobernador también anunció que someterá a consulta popular el nombre del Museo Internacional Barroco (MIB), ampliando su iniciativa de revisión de nombres a otros espacios culturales. Armenta insiste en que la decisión debe surgir de la consulta, evitando cambios unilaterales.
Sin embargo, críticos consideran que estas acciones buscan proyectar una imagen de gobernante progresista, mientras la gestión enfrenta cuestionamientos en áreas más relevantes, como la infraestructura educativa y la seguridad escolar.
El proceso incluye dos rondas: la primera definirá si la escuela mantiene su nombre o lo cambia, y la segunda permitirá elegir un nuevo nombre en caso de aprobación. Aunque se promociona como un mecanismo participativo, el enfoque y la urgencia del gobernador en estas consultas generan dudas sobre sus verdaderas prioridades.