Kelley Mack falleció el sábado 2 de agosto, acompañada por su madre y su tía, tras una intensa lucha contra un glioma del sistema nervioso central. Tenía 33 años.
Su familia compartió la noticia días después a través de su cuenta oficial de Instagram, donde su hermana, Kathryn Mack, publicó un mensaje en el que la describió como una luz que seguirá brillando más allá de la vida.
“Kelley ya se ha manifestado ante muchos de sus seres queridos en forma de mariposas”, escribió.
Durante los últimos meses, la actriz habló abiertamente sobre su tratamiento. En marzo celebró el término de su terapia de radiación de protones y compartió con sus seguidores lo difícil que había sido adaptarse a los cambios físicos y emocionales. Aun así, mantenía una actitud positiva:
“Este camino no ha sido fácil, pero las cosas están mejorando”, escribió entonces.
En su publicación de despedida, Kathryn no solo expresó el dolor de perderla, sino también el orgullo por la valentía con la que Kelley enfrentó su enfermedad: “Fue una guerrera hasta el final”.
Kelley Mack: Trayectoria corta pero sólida en la pantalla
Mack comenzó su carrera en el cine independiente y más tarde se integró a la televisión. En 2018 llegó a The Walking Dead, donde interpretó a Addy. También tuvo apariciones en 9-1-1 y Chicago Med. Su último trabajo fue en la cinta Universal, en la que actuó junto a Joe Thomas y Rosa Robson.
El director Michael E. Satrazemis, quien trabajó con ella en The Walking Dead, lamentó su fallecimiento y la describió como una artista brillante “en todos los niveles”.
Homenajes en camino
Sus familiares y amigos se reunirán para recordarla el 16 de agosto en Ohio. Además, se tiene prevista una ceremonia en Los Ángeles, aunque aún no se confirma la fecha.
Kelley Mack deja atrás una carrera que prometía más y una comunidad de seguidores y colegas que no olvidarán su energía, talento y valentía.
